lunes, 4 de febrero de 2008


En países europeos como Holanda la bicicleta tradicional es uno de los principales sistemas de transporte urbano, un hecho facilitado por el paisaje plano imperante. Sin embargo, en España se prefiere usar vehículos a motor, como el coche o la motocicleta, bien porque nuestro territorio presenta más montañas y cuestas o bien por la falta de costumbre de desplazarse pedaleando. En este contexto, la irrupción en el mercado de la versión eléctrica puede ayudar a expandir el uso de la bicicleta y a reducir el ruido y la contaminación en nuestras ciudades.

Desde el punto de vista estético, una bicicleta eléctrica presenta el mismo aspecto que una tradicional. La única diferencia estriba en un pequeño motor -colocado en el eje trasero- que sólo funciona cuando se pedalea y que se alimenta a partir de unas baterías, situadas debajo del sillín o en las valijas. Este motor ofrece una ventaja clara respecto a la bici tradicional porque permite que personas que no sean ciclistas o cicloturistas afronten con comodidad recorridos exigentes o con pendientes, sin necesidad de ningún entrenamiento, gracias a que el verdadero esfuerzo no lo realiza el ciclista.



"En China, donde la bicicleta es el medio de transporte más utilizado, se están pasando a los modelos eléctricos, y en Italia se han llegado a vender 100.000 unidades en un año", relata sobre el incipiente éxito de la versión eléctrica Steen Sara, desde Tucano Bikes, empresa fabricante de este tipo de vehículos. Detrás de esta nueva moda, se encuentra un factor tecnológico, puesto que desde hace poco menos de dos años se han empezado a introducir las baterías de litio y modelos más ligeros realizados con aluminio, lo que ha supuesto mayor eficacia y unos "precios razonables", según explica Antonio Guerín, director de la marca EcoBike.

Por tanto, las bicicletas eléctricas se suman a las opciones disponibles para personas que quieren desarrollar trayectos cortos y, además, ahorrarse dinero. Según Guerín, el gasto de electricidad de los motores de estos vehículos es de tan sólo 1 euro por cada 100 kilómetros,

"El gasto de electricidad de los motores de estos vehículos es de tan sólo 1 euro por cada 100 kilómetros"
lo que constituye un ahorro considerable respecto a la motocicleta o el coche. Utilizar este vehículo también significa olvidarse de trámites burocráticos porque tienen la misma consideración a efectos legales que las bicicletas de toda la vida y no precisan de permiso de conducir o seguro. Además, para esto último sirve el seguro de hogar, que también incluye la bicicleta eléctrica, y en caso de que se quiera una mayor protección se puede solicitar los seguros de las federaciones de ciclismo, que cuestan entre 50 y 60 euros.

Usuarios y fabricantes de estos vehículos a motor aseguran que las ventajas que ofrecen las bicicletas eléctricas son muchas: más allá de la posibilidad de trasladarse de un lugar a otro sin realizar ningún esfuerzo físico, lo que hace que sea muy atractivo para las personas con alguna lesión o incapacidad, destaca su sencillo cuidado. Así, después de dar un paseo, se puede sacar la batería y cargarla cómodamente en cualquier enchufe de la casa, un proceso -similar al que se realiza con el teléfono móvil- que tarda como media 6 ó 7 horas y se puede efectuar por las noches para tener preparada la bici al día siguiente. Por otro lado, el peso de los modelos es menor, hasta convertirse en vehículos realmente portátiles -incluso existen versiones plegables- que se pueden transportar fácilmente a los domicilios.

Estos factores y unos precios que arrancan en los 350 euros han hecho de la bicicleta eléctrica una buena alternativa para realizar trayectos cortos en la ciudad o en el campo, acudir al trabajo o hacer recados, gracias a una autonomía que ronda los 50-60 kilómetros.Echo por Atreyu y Jakob

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